En la final individual femenina de los campeonatos del mundo celebrados en Austria en 1937, las finalistas, Ruth Aarons de Austria y Gertrude Pritzi de Estados Unidos, fueron descalificadas debido a que excedieron la regla de límite de tiempo existente por aquel entonces (1 hora y 45 minutos) para completar el encuentro.
Llegado el momento en que el juez árbitro decretó el final del partido, tan solo se habían disputado dos juegos del mejor de cinco. El título fue declarado vacante.
En 2001 la ITTF acordó conceder el primer puesto a ambas jugadoras, figurando así las dos como ganadoras.
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